Entramos al fascinante mundo de nuestra mente, a entender cómo funciona
nuestro cuerpo mental y cómo aprovecharlo como un gran proyector de nuestro
canal. Desmenuzamos nuestra mecánica de pensamiento, los patrones que
forman parte de nuestros sistemas de creencias, que asociamos de manera
inconsciente con nuestra identidad. Este módulo para mí abrió una puerta llena de posibilidades, un camino increíblemente emocionante.
Primero, aprendimos a enfocar nuestra energía a través de ejercicios de
respiración; es impresionante cómo algo tan sencillo y vital, por la misma
velocidad de nuestras vidas, se nos olvida ejercitarla para bajar ese ritmo
acelerado, aterrizar, conectar, integrar, equilibrarnos y autorregularnos.
Tamara nos presentó a dos autores que nos ayudaron a observar nuestro
pensamiento. Entender estas perspectivas fueron la llave para permitirme pausar
un momento sobre la forma y causa de mis pensamientos y ver el filtro a través del cual recibo información y respondo a ella. Me explotó la cabeza, fue liberador ver ese efecto en mí con total aceptación. Fue tanta mi emoción que lo compartí con mi familia, pudiendo ver ese efecto de apertura en ellos y una transformación en la forma en la que nos comunicamos como familia.
Atendiendo la propuesta de Tam, organizamos un debate sobre una película que
amplió aún más estas perspectivas, hablamos sobre el riesgo que implica no
utilizar la capacidad que tenemos de pensar y permitir que nuestros pensamientos automáticos y las historias que nos contamos o las que elegimos creer sin cuestionar, nos dominen. Disfruté muchísimo esta actividad, el reunirnos para dar nuestro punto de vista, permitirnos escuchar y compartir nuestras lecciones me inspiró mucho, me encantó pues el aprendizaje de la película y la teoría que vimos se iba integrando entre todos.
Creo que nunca había cuestionado mi manera de pensar tanto como ahora,
aprendiendo a indagar qué pasaba por mi mente, resistiendo las ganas de editar o rechazar los pensamientos “negativos” que me surgían, conociendo a mi ego, mi personaje, desde un lugar de contención. He disfrutado mucho descubrir e integrar esta grandiosa herramienta con profundidad. Y así iniciamos un viaje de
introspección y auto reflexión sobre cómo hemos construido nuestra identidad basada en las creencias que adquirimos, creencias de nuestro linaje, de nuestra cultura, nuestro entorno, de cómo percibimos el mundo y formamos vínculos.
Desde la astrología, observamos también cómo la luna juega un papel súper
importante. Conocer cómo se gesta nuestra identidad a partir de nuestro vínculo
materno para entender cómo se fue formando nuestro carácter, cómo se ve aquello que sentimos seguro y cómo reacciono cuando salgo de esa zona de
refugio.
Con ayuda de nuestros Registros, viajamos atrás en el tiempo y nos echamos un
clavado hacia las entrañas de nuestro ser con preguntas a los Guías e
intercambiando conocimiento entre compañeros sobre las heridas de nuestra
infancia, descubriendo los patrones y creencias que se generaron, el propósito
detrás de esto para finalmente identificar cómo integrarlos. Fue retador sentir esa vulnerabilidad y volver a vivir estas heridas que estaban escondidas en un baúl, sin embargo, me sentí en un espacio seguro y de comprensión con mis
compañeros porque nuestras heridas eran muy similares.
Durante estos intercambios, los guías me dieron una frase “Iniciación. Lo que no
se vive, no se conoce con profundidad” En ese momento pensé que me
hablaban de la coincidencia de las heridas que tuvimos entre nosotros pero ahora,
releyendo, me doy cuenta que es necesario revivir esos momentos, conocernos
con la profundidad que se requiere para poderlos comprender e integrar.
Es mágico lo que se vive en los intercambios y cómo se va formando nuestro
vínculo como comunidad. Pregunté a los guías sobre la esencia de este vínculo
que estamos formando, siendo parte de Akashic Records Community y recibí una
imagen de una geometría con los puntos de conexión resaltados y continuaron
diciendo: “Red que va tejiendo nueva vida, las nuevas formas de pensar y
vivir”
Pregunté qué significaba y me explicaron, “Tú estás recorriendo el túnel,
mientras tu comunidad te sostiene con su energía de apertura de
consciencia y su vez, tu sostienes la energía de ellos mientras recorren su
propio túnel. Con su energía se construyen los pilares que necesitamos para
sostenernos, los pilares que se fortalecen desde la responsabilidad, la
autonomía y la experiencia de su propio camino. Es esa responsabilidad que
reside en cada uno sobre su camino de evolución que ayuda a que el
colectivo se sostenga en su propio camino”
Compartiendo en grupo, y sin saberlo, una compañera me ayudó a concretar este
mensaje: “Las raíces de ustedes, me están permitiendo conectarme a mí,
conectarme con mis raíces.” Esta es la magia para mí, nuestra fabulosa
interdependencia, en donde cada palabra y reflexión de mis compañeros, resuena
en mí y me ayuda a entender lo que se nos va revelando de una manera
contundente.
El viaje continúa, y con cada paso siento que me acerco a una dimensión profunda de mi alma, de mi canal de comunicación con ella y del potencial que existe en la totalidad de mi ser.
Alumna de la Escuela de Lectores 2024 - Gaby T.
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