¿Cómo llegué hasta aquí?
Mi primer encuentro con los Registros Akáshicos empezó hace un par de años
cuando me detectaron Cáncer de Tiroides. El proceso médico fue relativamente
sencillo pero el proceso emocional me derrumbó y las estructuras se empezaron a caer, pues fue la enfermedad a la que más le temía, la que me llevó a reconocer dolorosamente que a pesar de haber hecho trabajo de meditación, nutrición y ejercicio desde hace muchos años, mi vida estaba muy desequilibrada todavía y que no estaba expresando mi verdad.
Recuerdo que en la caminata acostumbrada con mis perritos me llegó un mensaje muy claro diciéndome “vienes a sanar”. Algo en mí se removió e inicié una búsqueda interior, con ganas de conectar con mi intuición, de encontrar y practicar herramientas que me ayudaran a sanarme.
Buscando diferentes herramientas, di con Tamara y al escucharla fue como si mi
alma hubiera escuchado su llamado. Cursé el taller de Alma Adentro, en el cual
conecté por primera vez con mis Guías, ofreciéndome un espacio lleno de amor,
como si algo más grande que yo me estuviera sosteniendo.
Quedé impactada con el curso, fue un cambio muy notorio para mí y el miedo y la aprehensión paralizante que había estado sintiendo, se transformaba en seguridad y confianza cada que abría mis Registros. Sentí mucha orientación en cuanto a las decisiones que debía tomar en el camino y esta energía fue lo que me dio fortaleza para atravesar los procesos fuertes que vendrían en los próximos meses.
En el transcurso de esos años, los guías, mi intuición y mi curiosidad me llevaron a conectar más profundamente con la Tierra y formarme como Guía de Ceremonias y Rituales, lo que me permitió aprender de muchas herramientas energéticas, aprender a configurar un altar y fortalecer mi altar interno, aprendí a abrir y sostener espacios sagrados de conexión individual y en comunidad, que fueron el complemento perfecto de mi práctica de Registros.
En ese inter, continué conectando y recibiendo mucha información de mis Guías, no solamente cuando canalizaba sino también en mis sueños. Una noche de agosto 2023, en ese estado theta, en el que estás entre dormida y despierta, escuché el sonido de las ballenas.
Con sus vibraciones, sentí un mensaje muy claro, que este sería el año para tomar la Formación como lectora de Registros Akáshicos y para mi sorpresa y fortuna, en medio de toda una transición de vida, todo se acomodó para que así fuera.
¡Que comience la aventura!
Nuestra aventura empezó en abril, con el retiro de iniciación, en un lugar que por sí mismo se sentía con una energía vibrante y sagrada, a dos horas de la Ciudad de México, en Chalmita, Estado de México.
Iniciamos con una limpieza energética debajo de un hermoso árbol guardián, en ese momento nuestros cuerpos empezaban a aterrizar, permitiéndonos arraigarnos a la tierra al ritmo del tambor, reconociendo la energía del lugar y la mirada de cada una de las personas que se convertirían muy pronto en nuestra familia del alma.
Vivimos unos días de mucho entendimiento sobre los ciclos por los que estamos transitando, y de conexión con el plano akáshico, con nuestros guías, con nuestro canal y con nuestra esencia. Además, en un momento astronómico bastante intenso ya que estuvimos reunidos el fin de semana previo al eclipse total de sol que ocurrió el 8 de abril.
Era como si el retiro estuviera diseñado como parte del plan para ayudarnos a transitar los cierres de ciclos que TODOS estábamos viviendo en todos los niveles individual, colectivo, astronómico y astrológico. Y esto se sintió como un abrazo al alma, pues además de sentirme comprendida, me sentí acompañada en momentos de mucha intensidad en los que me estoy desprendiendo de muchas relaciones, patrones, creencias y formas de vida que han estado muy arraigadas a mi identidad y que en ocasiones había sentido mucha soledad.
Hicimos una caminata corta y nos detuvimos en el centro ceremonial Temictla, nos explicaron que ahí se realizaban ceremonias a la tierra, desde la cosmovisión
mesoamericana. El lugar tenía una vista espectacular, vimos unos caballos libres
en el campo, nos encontramos con algunos símbolos religiosos, se respiraba
mucha paz y tranquilidad.
Nos dirigimos a una pequeña pirámide que se encontraba en el lugar y ahí tuvimos la oportunidad de realizar una meditación que para mí fue una experiencia hermosa. Conecté con la fuerza de la cordillera que la rodeaban y con la energía tan potente y sagrada de ese lugar. La caminata fue súper revitalizante y tenía una sensación de ligereza y tranquilidad mientras caminábamos en comunidad, platicando, riendo, compartiendo historias de nuestros caminos de sanación.
Con el liderazgo y la sabiduría de Tamara experimentamos varios ejercicios muy
interesantes, meditaciones, movimientos y herramientas que nos llevaran a
estados más relajados y nos permitieran abrirnos a recibir información. Abrimos
nuestros registros con preguntas personales y profundas que traían mensajes
súper importantes para nuestra iniciación, compartimos lecturas entre
compañeros, lo que ayudó a reafirmar nuestro canal.
Exploramos nuestra creatividad con collages, muchos parecían obras de arte. Convivimos con una fogatada que nos dio oportunidad de seguir conociéndonos, contarnos historias y simplemente disfrutar, reír y apreciar el momento.
Finalmente cerramos con una ceremonia para terminar de aterrizar la experiencia tan bonita que vivimos, sembrar nuestras intenciones con la fuerza y la energía de la comunidad que se había formado y realizar un intercambio de los regalos que cada quien había llevado. Fue interesante ver que el regalo de cada uno estaba súper alineado con la energía de la persona a la que le tocaría recibirlo.
El espíritu y la fuerza de la comunidad
Conforme transcurría el tiempo, las miradas de mis compañeros se volvían más
familiares, como si nos conociéramos de muchos años atrás. Las palabras compartidas parecían resonar en mi interior, era como si la experiencia de mis
compañeros le diera luz a mi propia experiencia y ampliara la perspectiva y el
entendimiento de ciertos aspectos de mi vida.
Había una sensación de apertura, de sentirnos sostenidos con el simple hecho de existir en el mismo tiempo y espacio, de compartir sus experiencias, cada quien haciéndose responsable por su propio camino, pero siempre acompañados, escuchados y comprendidos sin juicio.
En mi opinión estas energías son el espíritu que encarna como sello particular de
la comunidad de Akashic Records Community.
Destaco un mensaje de los Guías que para mí fue la antesala de lo que estamos
por vivir. “Este es tu lugar. Estás en donde tienes que estar, en frecuencia y
en estado de la mente.” Aquí fue donde sentí que nada es casualidad, que los
que estamos vibramos en la misma frecuencia.
Y una segunda pieza del rompecabezas se reveló “Vienes a sanar desde la fortaleza de tu ser. Reconocer tu esencia para poder compartirte desde ahí”. En ese momento sentí una liberación en la parte del plexo solar de mi cuerpo y la imagen de una danza fluida y libre, que interpreté como la danza entre almas que estaríamos iniciando en nuestra generación de lectores.
Gabriela A.
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